Originario de San Buenaventura, un poblado a las afueras de Toluca, capital del Estado de México; siempre se caracterizó por su timidez bajo el ring, y que desaparecía por completo cuando escalaba el rombo de batalla y que dio origen a su nombre de batalla por lo complicado que era obtener de él dos o tres palabras en una conversación. Hernández tuvo muchas carencias en su niñez, y eso ayudó a forjar su carácter y provocó que siempre soñara en grande, por lo que fue cumpliendo su sueño paso a paso, primero destacando en el boxeo aficionado para dar el salto al profesionalismo donde conquistó el afamado torneo Cinturón de Oro. El estilo técnico pero emotivo de Adrián hizo que el medio boxístico volteara a verlo con gran interés, catapultado su carrera a Japón, para posteriormente conquistar dos títulos regionales antes de ir en busca de la corona mundial verde y oro ante el sólido monarca Gilberto Keb Baas a quien ya había vencido tres años antes. El 'Confesor' defendió en repetidas oportunidades su título del mundo en la divisón minimosca, hasta que viajó a Tailandia y lo dejó en manos de Suriyan Satorn; Hernández tuvo una nueva oportunidad de conquistar la faja WBC en 2014 pero se topó con un fuera de serie como Naoya Inoue que entonces comenzaba su dominio del boxeo; tomando la decisión de retirarse del boxeo un año después con una nueva vida para él y su familia.